February 08, 2018
Irene es una joven especial, con un rostro de esos que no puedes dejar de mirar y un cuerpo para perderse, muy alejada del estereotipo, ella derrochaba feminidad en cada una de sus curvas esculpidas y torneadas por su mayor hobby hasta el momento, el vóley playa, gracia al cual lucÃa un espléndido bronceado color caramelo.
Un dÃa cualquiera le aguarda por delante, ir a la universidad, aguantar el babeo de los profesores y la mirada de los alumnos, comer, entrenar para el partido y estudiar un poco antes de cenar e ir a la cama.
Todo la mañana habÃa transcurrido según el orden normal hasta entonces, ese momento que supondrÃa un antes y un después en su vida, el desencadenante de un inhóspito futuro, la alarma de incendios sonó, todos los estudiante y profesores evacuaron el edificio dirigiéndose al parque de enfrente, al momento la muchedumbre buscaba con atención algún rastro de humo en el edificio, en ese preciso instante Irene sintió como un roce ascendÃa por su pierna izquierda, tensa por su situación busco desesperada al culpable de aquello pero el parque no era demasiado grande y todos se encontraban apiñados dificultando la tarea, por el contrario la mano ya no estaba sola, ahora la acompañaba una segunda por su pierna derecha, ambas ascendÃan impunes frente al nerviosismo e incredulidad de Irene que seguÃa buscando al culpable de las agradecidas caricias. La ausencia de un culpable la mantenÃan en vilo, sometida a su incesante tensión y nerviosismo que se tornaban en vergüenza y excitación, vergüenza por la idea de ser pillada en tremenda situación y excitación por estar sumida en sus bajos deseos en medio de todos ellos.
Las manos proseguÃan su ascenso en busca del tesoro prohibido, Irene luchaba por mantener su serenidad y encontrar al causante de aquello, el fatÃdico momento llego y una mano la rozo en su zona intima, sonsacando un lujurioso suspiro y volviendo la atenta mirada de otra joven, era Lourdes más conocida como "la amazonaâ€, por sus manos habÃan pasado cientos de chicas y conocÃa muy bien todas las partes, sonidos, gestos y sabores del cuerpo femenino. Irene entro en pánico, la vergüenza restauro la tensión, su excitación la puso aún mas nerviosa que antes, vencida por el provenir de los acontecimientos huyo corriendo apartando a todos a su paso hasta poder respirar aliviada por librarse de la multitud, cuan inocente fue la chiquilla que respiraba aliviada sin percatarse de que se encontraba en la boca del lobo. Los empujones no hicieron otra cosa que volver las miradas hacia ella y el hecho de apartarse solo sirvió para remarcar el hecho de que ahora la miraban a ella.
Tras
recuperar la compostura se dispuso a volver más todas las miradas se
centraban en ella, observándola penetrantes tratando de dilucidar el
motivo de tan extraña reacción. Irene consciente de la causa, exasperaba
como loca suscitando incomodos cuchicheos que incentivaron aún más la
recién adquirida palidez de su rostro, el profesor de gimnasia se la
acerco preocupado para comprobar su estado, esta comprobación fue
acogida entre depravadas y pervertidas risitas, Irene aun inmóvil pero
consciente parecÃa un tomate toda su cara estaba completamente roja,
totalmente avergonzada una humedad la hacÃa consciente de la tremenda
excitación que llevaba cohabitando ensombrecida todo este tiempo, la
idea de que alguien viera la propagada humedad la devolvió a su
vergüenza mientras su cuerpo temblaba bajo la mirada de todos, el
profesor preocupado por el estado de la joven la elevo cual maniquÃ
sujetándola de las caderas para llevarla a la enfermerÃa y auscultarla
en busca de alguna respuesta a su estado, al llegar la tumbo y se colocó
el estetoscopio (aparato usado para escuchar los latidos del corazón),
asustado por la tremenda velocidad de sus latidos decidió llamar al
hospital, Irene mas consciente de todo y comenzando a recuperarse se lo
impidió posando su mano en la muñeca que sostenÃa el móvil, él la volvió
a mirar su color ya no era ni la mitad de rojo que antes y sus latidos
se reducÃan a pasos agigantados para nuevo asombro de este, solo
necesito un poco de tiempo dijo Irene con la respiración aún muy
agitada, el impresionado por la recuperación asintió y se quedó junto a
ella observando aquel precioso cuerpo que lo mantenÃa absorto en sus
clases, clavando su mirada en el movimiento de sus pechos por la
respiración, Irene se encontraba mal pero era plenamente consciente de
la mirada de su profe, pero la calma precede la tempestad y aquella
liberación por las miradas la devolvió a su excitación que ahora gozaba
de la total libertad y atención de su dueña, ahora estaba todo claro su
profesor estaba absorto en sus empitados pezones y sus peores sospechas
estaban tomando forma una forma alargada y redondeada oculta tras unos
pantalones de gimnasia que no ofrecÃan mucho disimulo.
film porno
porno français
redtube
xnxx
xvideos
youjizz
youporn
pornhub
perfect girls
tube8
xhamster
beeg
sexe gratuit
brazzers
rabbitfinder
bobvoyeur
socialporn
beurette
mustvideos
bestamat
dailyplaisir
mesvip
v2q
luxuretv
Irene luchaba contra su deseo pero sus ojos ya habÃan fijado su objetivo, intentando disuadirse cerro sus ojos, tratando de poner la mente en blanco para evadirse de todo, grave error, pues en sus sueños habitaba ahora un idÃlico profesor, ayudándola en las prácticas de sus deportes, sirviéndolo de compañero de juegos e inapropiado auxiliar, yendo en su ayuda ante una mala caÃda, acompañándola a la enfermerÃa, vendándola el tobillo mientras pierde su mirada en el interior de su falda, asustada por el rumbo de sus perversiones Irene abrió los ojos de nuevo, fatÃdico error también pues su profesor de gimnasia habÃa aprovechado para echar un poco disimulado vistazo bajo su falda, ella lo miraba pero él seguÃa atento a un lugar más oculto.
Irene volvÃa a tomar su tono rojizo de nuevo al descubrir impactada el motivo de tan largo vistazo, su panties estaban empapados y su profesor lo sabÃa, era imposible que no lo supiese, si no por que se quedó tanto rato, volvió a cerrar sus ojos en busca de algún mal recuerdo que la permitiese salir de allÃ, recordó un fuerte golpe en la espalda durante su juventud y se centró en él sin mucho éxito, pues no tardo aparecer un apesto masajista que la acariciaba la espalda librándola del dolor y continuando su labor, unas caricias por los costados la libraban de su camiseta, unas manos aceitosas la libraban de sus falda para descender hasta los pies y comenzar desde allà el masaje con firmes caricias que ascendÃan por los tobillos, las rodillas, el interior de los muslos y ahhhhhh
Pero que no era un sueño o si, el caso es que su sueño solo estaba sirviendo a las acciones de su profesor que ahora se encontraba con subido sobre la camilla, hundiendo la boca en el interior de sus labios menores y sobándole las tetas a través del sujetador. Irene querÃa detener a su profesor, pero como parar aquello, como detener esas magnificas sensaciones que recorrÃan todo su cuerpo llevándola tan lejos, como. En lugar de eso cerro los ojos y siguió con su idÃlico masajista que ahora se encontraba comiéndoselo todo mientras desviaba una de las manos por su cuello hasta su boca, ella ya sumergida en su sueño lo chupo juguetona y descara, el masajista contento con la complicidad de la joven la acerco hasta él y apoyo la punta de su cabeza sobre la dilata ranura acariciando la entrada con la cabeza colocando el clÃtoris entre sus dedos para frotarlo de modo sutil.
Irene no lo soportaba mas y abarcándolo entre sus piernas lo empujo contra ella desconocedora de tamaña herramienta, que la relleno cual pavo de navidad, toda la situación cambio su rumbo, ella sin saberlo acababa de despertar a la bestia, pues su "masajista†habÃa soñado con ella varias veces, con como la tratarÃa, como acariciarla, como complacerla, pero sobre todo con como follarla. Agarrándola por sus caderas la llevo hasta el final de la camilla dejando una pequeña parte de las nalgas en el aire y empujando la camilla hasta chocar contra la pared, ya estaba todo listo, ya nada se moverÃa, con un ligero tirón hacia atrás saco todo lo largo de su tranca dejando solamente la cabeza en el interior y llevando una de sus manos al clÃtoris y la otra hasta uno de sus pechos mientras se inclinaba para chupetear el otro, a la vez que propinaba un fuerte empujón hacia adelante para realojar el interior de la joven y dando comienzo a un desenfreno de embestidas sin fin alguno.
Todo acababa de empezar pero Irene llevaba al lÃmite bastante tiempo por lo que un tremendo orgasmo llego dejando libre la abundante cantidad de jugo que aún no habÃa salido, ese orgasmo fue el primero, pues como ya dije su masajista acababa de empezar y no pretendÃa andar parando tremendos movimientos, por lo que casi sin recuperación alguna otro orgasmo recorrió el cuerpo de la joven que se retorcÃa entre espasmos y gemidos incitando las ansias primitivas de su maestro, si de su maestro, por que seguir negándolo, estaba en el cielo y una gilipollez como esa no la iba a sacar de él, su profesor de gimnasia la estaba desarmando con cada embestida, su profesor, el del cuerpo moldeado y torneado la estaba cabalgando a su gusto como si fuera una muñeca hinchable mientras ella se veÃa bendecida con una continuación de profundos y largos orgasmos que se encadenaban uno tras otro haciéndola, gritar, jadear y desear que no pare nunca, sintiendo como todas sus fuerzas abandonan su cuerpo y sus pulmones han quedado como su cuerpo, rendidos ante todo lo que su profesor desee, sin que su cara abandone el rostro relajado y boquiabierto tan propio para el continuo estado de climax que mantenÃa su cabeza mente perdida en el inalcanzable deseo de mas mas y mas, el maestro por su parte seguÃa disfrutando con la musa de algunos de sus sueños y la culpable de embarazosos accidentes en sus clases, sintiendo cada cm de recorrido y empujado por cada uno de los excitantes ruiditos de la tan desea Irene, sintiendo cada uno de las contracciones en el interior de la joven y vencido por la excitación que lo obligaba a continuar cual martillo neumático hasta desplomarse sobre la joven mientras inunda su interior y sin que a ninguno de los dos les importe lo mas mÃnimo el final de tan satisfactorio tratamiento.
Fin o no, no sé.
Posted by: trampoo at
04:07 PM
| No Comments
| Add Comment
Post contains 1760 words, total size 13 kb.
Kristoff cruzó su mirada con la de una hermosa joven que estaba en la pista de baile, ella le hizo un gesto y él fue a bailar con ella, fue cuando la vio con claridad.
free porn movies
xvideos
xhamster
mzansi xxx
sondeza
cumtree
mapona
ekasiwap
south african porn
black porn
mature
indian porn
desi
tamil sex
mallu
telugu
kirtu
pakistani
Ella tenÃa una hermosa cabellera pelirroja, sus ojos eran grandes y verdes. Su cuerpo era perfecto para Kristoff, su cadera daba paso a unas piernas hermosas, su cintura parecÃa la de una muñequita y su pecho sin ser demasiado grande, ni demasiado pequeño, captó las miradas discretas de Kristoff, cuando al fin estuvieron cara a cara, la joven lo miró inclinando su cabeza hacÃa arriba que estaba justo a la altura del estómago del fornido rubio. Ella sonrió dulcemente y poniéndose de puntillas, cruzó sus dedos tras la nuca de Kristoff. Entre susurros pegados a su oÃdo, nuestro hombre le preguntó su nombre, mientras rodeaba la cintura de la muchacha con sus manos.
- Alice... ¿Y tú? - Susurró de vuelta la bella muchacha.
- Kristoff. Alice ¿Qué te apetece tomar? - Preguntó sonriente Kristoff.
- A ti. - Dijo de forma directa con tono dulce, el rubio fortachón se quedó algo parado con una sonrisita que le calaba hasta los huesos, él reaccionó buscando sus labios y ambos comenzaron a besarse de forma continúa, mientras sus lenguas se entrelazaban, a la vez que sus manos acariciaban sus espaldas con el vaivén de los besos. Sus cuerpos se encontraban totalmente pegados, entre el bullicio de música y gente, la pareja estaba completamente aislada del lugar.
- Quieres ir a ...
- SÃ. - Alice cortó las palabras de su acompañante. La sujetó de la mano y él caminó abriéndose paso entre la gente, hasta sacarla de allÃ, ambos caminaron hasta el coche de Kristoff, era un clásico del sesenta y nueve, marca Ford mustang.
Abrió la puerta del copiloto cediendo el paso a Alice y salieron de aquel aparcamiento, Kristoff conducÃa de camino a su casa, cuando Alice comenzó a juguetear sobre su entrepierna, el sonido de la bragueta del rubio hizo que una sensación de excitación recorriera su cuerpo, sintió como la suave mano de Alice se colaba en su bóxer y agarraba su miembro, la atención en la carretera disminuyó para centrarse demasiado en el interior del coche, momento en el que Kristoff decidió desviarse a un apartado mirador deteniendo la acción de Alice con una de sus manos.
Al llegar aquel apartado y solitario punto, las ganas de los dos se desataron. Alice liberó el miembro de Kristoff y se inclinó sobre él. Resoplo al sentir en contacto los labios de Alice con su barra de carne.
La cabeza de la joven comenzó a subir y bajar, mientras Kristoff comenzó a recoger el pelo de ella, hasta llegar hacerle una coleta que la sujetaba con su mano izquierda.
El glande era repasado por la lengua de la pelirroja, centrándose más en el orificio del semen, dando movimientos constantes con la punta de su lengua. Mientras su mano agarraba la base masajeandola con maestrÃa y la mano libre masajeaba sus testÃculos.
Los jadeos de Kristoff eran constantes y los agresivos movimientos de succión iban en aumento, haciendo que cada vez perdiera de vista más parte de su miembro, realmente nunca ninguna chica anterior con la que habÃa estado habÃa sido capaz de hacerlo asÃ, y sin cesar en el masaje de los testÃculos, aumento el ritmo de la mamada, haciendo que los succiones se escucharán con más claridad y poniendo en tensión el cuerpo entero de Kristoff.
El climax llegarÃa pronto y Alice lo sabÃa, apretó con firmeza sus testÃculos y metió casi en toda su totalidad el gran miembro de Kristoff en su boca, sintiéndolo hasta su garganta, momento en el que un chorro de semen, seguido de otros más recorrieron su garganta, llegando a desbordar por la camisura de sus labios.
La respiración agitada de rubio se veÃa con claridad y Alice se sentó de nuevo en su asiento con suma calma, mientras pasaba dos de sus dedos por la camisura de sus labios limpiandose los restos de semen y sonrió picaresca, ante la mirada sorprendida de Kristoff, él le devolvió una sonrisa afectiva y le pidió ir a la parte trasera del vehÃculo. Ambos jóvenes pasaron a la parte trasera del vehÃculo y ya completamente desnudos, Kristoff abrió las piernas de Alice, apoyando sus rodillas sobre el suelo de la parte trasera, su lengua recorrió el muslo de la pelirroja hasta llegar a su ingle y recorrió desde su agujerito hasta el clitoris, donde comenzó a recrearse dando movimientos cortos y rápidos, que después pasaron a ser constantes y en forma circular, excitado cada vez más a Alice, que no habÃa dejado de gemir, ni un instante, mientras desde abajo, sus manos buscaban los pechos de la pelirroja, apretando entre sus dedos sus pequeños pezones, haciendo que Alice se estremeciera y arqueara su espalda.
Las manos de la muchacha apretaron con fuerza la cabeza de Kristoff contra su vagina, momento en el que el rubio aprovecho para meter su lengua con alevosÃa dentro de ella, moviendola sin parar, mezclando su saliva con los jugos de su amantes, mientras su nariz se rozaba constantemente contra su clÃtoris y comenzó a succionar sus labios vaginales de forma agresiva, mientras comenzó a meter su dedo corazón dentro de ella, la excitación de Alice se junto con la de Kristoff, su barra de carne volvÃa a estar durisima y entre gritos, mientras le daba succiones en su vagina se hacÃan más rápidas y más sonoras, llegó al orgasmo en la boca del rubio.
Kristoff saboreó aquel jugo que le estaba regalando y levantó su vista, para buscar la mirada cómplice de Alice. Todo el cuerpo de la muchacha estaba impregnado en sudor, al igual que el de Kristoff y las ventanas del coche estaban empañadas, con ansiedad el joven busco los labios de Alice y los dos se besaron de forma pasional, buscando sus lenguas mutuamente, momento en el que Kristoff se puso sobre ella, que se encontraba sentada con sus piernas abiertas, el miembro erecto de Kristoff se pegó a su vagina mojada, las manos de Alice se cruzaron tras la nuca de él y sonrió juguetona.
- Hace tanto tiempo que no tengo a nadie en mi interior... - Susurró Alice, mientras se mordÃa el labio inferior, mirando cara a cara a Kristoff.
- Voy hacer que eso cambie nena. - Las manos de Kristoff subÃan por los muslos de ella, mientras hablaba y comenzó a mover su pelvis rozando su miembro contra la raja de Alice.
- Mmmm... Aaaaw... - Alice pegó sus labios a la oreja de Kristoff y susurro de forma morbosa. - Me encanta que sea tan grande. Kristoff sonrió y guiando su miembro con su mano lo rozó contra el clÃtoris de Alice, para seguidamente penetrarla, entró en su total plenitud y se detuvo por unos instantes, Alice sentÃa la respiración de Kristoff en su cuello. La besó varias veces, haciendo un recorrido hasta su clavÃcula y comenzó a penetrarla suavemente, sacando la base de su miembro y volviéndola a meterla de forma continúa, mientras la rodeaba con sus brazos. Alice por su parte, acariciaba la espalda de su fornido acompañante e intentaba cruzar sus piernas tras su gran espalda sin éxito. Se dejó llevar por el placer que aquel exuberante miembro le estaba otorgando, sentÃa como apretaba sus paredes vaginales, llenándola por completo, sentÃa que le llegaba hasta las entrañas, los gemidos iban en aumento, mientras sus fluidos empapaban aquel mástil de dura carne, cuando comenzó a sentir como el pulgar del rubio comenzó a estimular su clÃtoris, mientras le comÃa uno de sus pechos.
Kristoff comenzó a penetrarla con más firmeza de forma seguida, sin dejar ni un momento de estimular su clÃtoris, Alice le besó de forma agresiva, para Kristoff aquello fue una señal para penetrarla frenéticamente y asà comenzó hacerlo. El ruido de la penetración era sonoro, al igual que los gemidos de Alice que se estaban convirtiendo en gritos de placer, a ellos se sumaron los jadeos de Kristoff, cuando comenzó a sentir como la pelirroja contraÃa su vagina para presionar su miembro y darle un mayor placer, cada vez que los testÃculos de él golpeaban el cuerpo de Alice, esta se contraÃa presionando su miembro, sintiendo juntos un sumo placer, que volvió a llevar al orgasmo a Alice, que estalló en gritos de placer. Kristoff sintió como los fluidos de ella mojaban a ambos y le sonrió satisfecho.
Se besaron, liberando a su dilatada vagina del miembro de Kristoff, mojando parte de la tapicerÃa del coche.
Esta vez fue Kristoff quien se sentó, recostandose un poco, para que ella pudiera ponerse sobre él, sin pensarlo ni un instante, agarró su hombrÃa y se sentó sobre ella, gimiendo mirando a los ojos a Kristoff.
Él puso sus manos sobre las nalgas de Alice, con una de sus manos lo acariciaba, mientras la otra se perdÃa en su raja, llegando a quedar entre sus dedos su miembro, mientras acariciaba sus labios vaginales. La excitada mujer comenzó a cabalgar sobre él, haciendo rebotar sus pecho, a los que Kristoff le daba diversos lametones, sin dejar de disfrutar con sus manos de su vagina y su culo.
- Nena... Que bien lo haces... - Dijo Kristoff entre jadeos, mientras ella aceleraba sus movimientos, ante los comentarios de Kristoff que fueron muchos y morbosos. El rubio piropeaba su cuerpo sin parar y su lengua recorrÃa todas las partes de su torso que era capaz de entrar, Alice se agarró a su cuello, pegando sus senos al pecho del rubio y comenzó a mover solo su cadera, saliendo y entrando su miembro en su completa plenitud muchas veces. Kristoff comenzó también a moverse debajo de ella, haciendo más dura la penetración, haciendo que la ya excitada vagina de Alice, llegara al orgasmo, retorciéndose de placer sobre Kristoff, que la agarró con fuerza para dejársela clavada en su interior.
Entre morreos y respiraciones agitadas, cambiaron de postura, esta vez Anna se puso a cuatro patas, apoyando sus codos sobre la tapicerÃa y Kristoff pegó su pecho a su espalda, haciéndola sentir su respiración en su nuca, su miembro se introdujo dentro de Alice de nuevo de una sola embestida y comenzó a penetrarla de forma violenta.
Ella le pedÃa que no se deteniera y agarrandola con fuera, la penetro duramente desde atrás. Alice sentÃa como caÃan por sus muslos los fluidos de los dos. La mano de Kristoff se coló entre sus piernas y sin césar en la penetración, la comenzó a masturbar, rozando su punto de placer con gran rapidez, volviendo hacerla gritar de nuevo.
El miembro de Kristoff se encontraba en todo su esplendor, muy hinchado. Alice habÃa vuelto a correrse, ante las embestida y caricias en su extasiada vagina. HabÃa llegado a un punto de placer con aquellas manos expertas, que cada roce de sus dedos le hacÃa llegar, cuando Anna sintió como los jadeos de Kristoff se entrecortaban.
- Alice... Estoy apunto... - Jadeo.
- Lo... Aaaaaah... sssse....Aaaaw. - Gimió ella.
Él aumento el ritmo de sus embestidas, mientras se aferraba a su cintura, cada vez de forma más ansioso, cuando en una de las embestidas la dejó en su interior, derramando su semen dentro de ella. Alice sintió como el primer chorro caliente la inundó, seguidos de otros más que la llenaban por dentro y que desbordaban de su interior, chorreando por sus muslos.
Después de aquel momento intenso que ambos vivieron, volvieron a la posición inicial, Kristoff se encontraba entre las piernas de Alice, con sus rodillas apoyadas sobre la alfombrilla trasera y ella estaba sentada frente a él. Los dos se miraron con una sonrisa en los labios y se besaron con profundidad.
El rubio cogio papel en una caja de pañuelos que se encontraba en el hueco de la puerta izquierda del coche y agarrando varios, limpio las ingles de Alice y su vagina con delicadeza, que no pudo evitar suspirar, Kristoff habÃa dejado su sexo en la mayor de sus sensibilidades, seguidamente limpió los rastros de semen de su miembro, el rubio levantó la vista, esperando buscar los labios de Alice, pero su rostro cambió, la joven exigÃa unos ojos donde no se distinguÃa pupila, acompañados de unos largos colmillos, sus uñas se clavaron en la piel de Kristoff haciéndole sangrar, antes de que Kristoff pudiera asimilar que ocurrÃa se abalanzó sobre él, buscando su cuello, el rubio detuvo su con una de sus manos, haciendo gran presión contra ella, que tenÃa una gran fuerza. Logró apartarla de él con brusquedad, haciéndola caer sobre el sofá y abrió la puerta apresurado y nervioso, prácticamente tirándose más que saliendo del coche. Cuando el rubio tocó suelo, sintió de forma automática a la vampiresa sobre él de nuevo, volvÃa a estar sobre él, pero de una forma muy distinta, él extendÃa sus manos y la sujeto del cuello intentado defenderse, mientras ella de forma violenta, también pelea con Kristoff, para llegar al lugar deseado su cuello. Entre forcejeos logro ponerse sobre ella y con su antebrazo en el cuello la miró a los ojos, estaba consiguiendo ahogarla. Kristoff la miró, parece que Alice habÃa vuelto, sus ojos verdes volvÃan a estar allà y miraban al rubio con miedo en la mirada. Kristoff la soltó de inmediato y ella se desvaneció entre sus brazos, convirtiéndose en un murciélago. Kristoff la observó alejarse en la inmensa oscuridad, quedándose tirado sobre el suelo de aquel mirador natural.
- ¿Qué eres? - Preguntó en lo que era un susurro, sin dar crédito a lo que acaba de sucederle, subió a su coche y salió de aquel lugar intentando buscar una explicación a lo que acababa de ocurrirle.
Al llegar a casa se dio una ducha, que era aquella chica se preguntaba sin parar. Llegó a pensar que habÃa sido parte de una alucinación, no sabÃa cómo explicárselo, pero no le habÃa ocurrido, al salir de la ducha y secar su cuerpo, pasó la mano por el cristal empañado y pudo ver las marcas de las uñas en su piel.
Posted by: trampoo at
03:58 PM
| No Comments
| Add Comment
Post contains 2383 words, total size 16 kb.
32 queries taking 0.0345 seconds, 44 records returned.
Powered by Minx 1.1.6c-pink.